
Al aprender inglés lo que más se desea es poder entablar una conversación sin trabas con un nativo, pero muchas veces cuesta. Aunque seamos habilidosos con la ortografía, nos confunde el hecho de que las palabras no se pronuncien tal cual se escriben. Con el paso del tiempo el habla inglesa ha evolucionado, y muchas son las letras que hoy se omiten, a pesar de estar escritas.
No obstante, hay infinidad de métodos que se pueden aplicar para mejorar la pronunciación. Acostumbrar al oído a escuchar el idioma y familiarizarse con él, es el más efectivo. Claro, no todos tienen la posibilidad de irse a vivir al extranjero y perfeccionar la lengua in situ. Pero hay maneras de hacerlo sin necesidad de abandonar el terruño.
Lo principal siempre será asistir a un curso de inglés, donde se monitorice y encauce el aprendizaje. También hay que trabajar en la confianza en sí mismo, pues a veces las trabas son personales. Es decir, se siente vergüenza de hablar o temor de equivocarse. No se tienen que copiar los acentos. Éstos varían de un país a otro, incluso en las regiones de una misma nación. Lo importante es hacerse entender.
Constancia y motivación para aprender inglés
No basta con prestar atención a tu profesora de inglés titulada. Es importante saber escuchar. Observar atentamente los acentos que se hacen, el tono y la forma en que se mueven los labios al pronunciar, te ayudará a mejorar. Hay que tratar de imitar al hablante. Por ejemplo, si se está mirando una película en su idioma original, se pueden escoger algunas frases y repetirlas.
Durante las prácticas orales es bueno grabar lo que se dice. Luego, escuchar el audio y determinar qué palabras fueron las más difíciles de pronunciar o las que se dijeron erróneamente. Se puede tomar nota y hacer énfasis en esos vocablos, hasta sentir que se dicen de forma correcta. ¿Qué tal cantar un tema en inglés? Tomarse unos minutos a diario para ello dará resultados.
Ejercitarse puede ser fundamental para aprender inglés. Exagerar en cada sonido y practicar ejercicios de modulación, ayudará a soltar la lengua. A veces se trata de una falla física, pues nuestra boca y lengua no están acostumbradas a pronunciar ciertas palabras. Los ejercicios de oratoria son muy buenos. ¡Hay que poner a trabajar esos músculos!
Para tomar nota
Los diccionarios que incluyen la pronunciación son una buena alternativa. Sin embargo, muchos no dominan el “Alfabeto Fonético Internacional (AFI)” que se incluye en estos textos. Si no has escuchado del AFI en tus clases de inglés, no está demás estudiar este alfabeto que representa gráficamente los sonidos. Así entenderás los símbolos que indican cuándo se pronuncia aspirando, murmurando, de forma nasal o débil, o con voz labializada. Cuando lo domines te gustará.