
Quizás para muchos los dos primeros «imprescindibles atributos» en la vida de un rock’n’rollero, es decir, sexo y drogas, sean mucho más preferibles, pero, sin embargo, las investigaciones demuestran que aprender nuevas palabras activa la misma zona del cerebro que las drogas, el sexo y el chocolate.
Los científicos de España y Alemania han investigado el fenómeno con 26 adultos utilizando una técnica llamada Imagen por resonancia magnética funcional (IRMf). Los participantes del experimento tenían que aprender nuevas palabras y jugar a apuestas. Los escaneos hechos durante el proceso demostraban actividad en el estrato ventral (la región del estrato ventral es una de los áreas clave donde el cerebro procesa las recompensas) La misma zona se activa cuando hacemos varias cosas agradables como hacer el amor, comer algo muy rico, etc. Los participantes que tenían mayor conexión con el área de recompensas en el cerebro consiguieron aprender más palabras.
Los investigadores creen que podría existir una conexión emocional en el proceso de aprender nuevas palabras. Esto podría explicar porqué la gente, al hacerse mayor, sigue motivada en aprender palabras y técnicas de comunicación.
El descubrimiento puede ser fundamental en el desarrollo de tratamiento para la gente con dificultades de aprendizaje.
Puede ser que ésta sea la explicación de la existencia de los ratones de biblioteca y adictos al scrabble. Y ahora, teniendo ésta información, tendremos un dilema-comernos un chocolate o arrojarnos sobre el diccionario 🙂